IX CONGRESO NACIONAL DE MUSICOTERAPIA Y ENCUENTRO CHUBUTENSE DE SALUD MENTAL
Presentación de la experiencia de un Dispositivo de Asistencia Clínica en Talleres en Salud Mental
La Institución: Reseña histórica.
El Centro Regional de Salud Mental “Dr. Agudo Ávila” es uno de los tres hospitales públicos monovalentes en salud mental de la provincia de Santa Fe, está ubicado en el macrocentro de la ciudad de Rosario y atiende la demanda proveniente de dicha ciudad y de sus alrededores.
El centro, conocido como “el Suipacha”, por ser el nombre de la calle en donde se ubica; se encuentra frente a la facultad de Ciencias Médicas, y en sus inicios era un hospital-escuela. Desde 1991 el CRSM depende de la provincia de Santa Fe, ya que es el único agente de salud monovalente (en salud mental) de la zona VIII de salud (la provincia se divide administrativamente en ocho zonas sanitarias).
El CRSM es una construcción de principios de siglo -1927- que cuenta con dos pabellones, una guardia nueva (de 2007 que aún no está en funcionamiento), un comedor y jardines amplios con mesas. Ocupa una manzana y cuenta con 4 ingresos.
En el edificio de entrada (de 3 plantas) se encuentran los consultorios externos, el archivo, la administración, la dirección, el área de trabajo social, el área de personal, la farmacia y el área jurídica. Por una puerta se pasa al jardín, enfrente se encuentra el pabellón 2, a la derecha los pabellones 3 y la guardia, tanto la transitoria como la que está por inaugurarse (con las camas de tránsito).
Por la entrada lateral, funciona el Centro Cultural que cuenta con un salón de usos múltiples, una oficina, una cocina y un depósito. Hasta principios de este año funcionaba también una biblioteca popular, que ha suspendido sus actividades. En esta área cultural es donde se desenvuelven algunas de las actividades propias de los talleres.
El devenir cotidiano de un paciente internado en la institución está muy marcado por la urbanidad: salidas y entrada del y al hospital forman parte del tratamiento, los paciente piden en la calle, la cercanía con facultades y con un hospital general hacen que sea una zona muy transitada.
Desde el año 2000, se viene sosteniendo una política de gestión que ha impulsado cambios sustanciales, no sólo en la fisonomía y arquitectura (de las enormes habitaciones pabellonadas se pasó a boxes con dos camas, se construyeron offices de enfermería en todos los pisos, se mejoró el comedor, se arregló la humedad de techos y paredes) sino también en cuanto a lo clínico: se conformaron equipos interdiscplinarios (trabajadores sociales, psicólogos, psiquiatras, abogados, médica clínica, nutricionista) y se sostienen actividades colectivas, tanto dentro como fuera de la institución. En este marco se ubican los talleres, en cuyo equipo de trabajo se incluyen: profesor de educación física, musicoterapeuta, artista plástica, comunicador social y terapista ocupacional.
En resumen, el CRSM, actualmente, cuenta con los siguientes servicios: internación, consultorios externos, guardia interdisciplinaria, asistencia en espacios colectivos y asistencia domiciliaria.
Propuesta 2007 del Dispositivo de Asistencia en Talleres
El dispositivo se compone de varios espacios que se ofrecen a los usuarios del CRSM en consultorios externos y en internación. Las actividades se desarrollan en dos ámbitos diferenciados: el comedor, en el área de internación, y el Centro Cultural.
Los talleres que funcionan en la actualidad son: Musicoterapia, Reciclado, Emprendimientos Artesanales, Recreación y Deportes, Radio.
La orientación del dispositivo es que los talleres se constituyan en espacios de alojamiento subjetivo, colectivo, que posibilite la producción, las más de las veces, singular.
Describimos brevemente los talleres que no están presentados en este trabajo.
Reciclado: es un espacio de actividad artesanal donde se trabaja con diversas técnicas propias del reciclado (reciclado de bijouterie, papel, telas, cajas). Se trabaja en internación y en el centro cultural, con materiales diferentes. Este año, se ha realizado en el barrio una campaña de recolección de materiales reciclables.
Radio: tiene la forma de micros de humor, los micros se constituyen colectivamente a partir de propuestas de los participantes quienes improvisan y graban la escena; luego, las grabaciones son editadas en micros de cinco minutos que se emiten una vez por semana por FM Universidad. El grupo radioteatral “Aguditos en sintonía” se ha constituido como autor de los micros.
Recreación y Deportes: se ofrecen dos espacios, uno para la internación, vinculado al deporte y los juegos; el otro, toma la forma de caminatas, también para quien están internados pero más vinculado al cuidado del cuerpo y a las salidas. Esta última propuesta se articula con otras instancias institucionales: enfermería, ropería, nutrición.
Presentación del Taller de Emprendimientos Artesanales
El taller tiene como finalidad realizar actividades que impliquen el oficio manual, la creatividad y la sensibilidad estética..
No sólo está pensado en relación a la formación, sino más integralmente supone la propuesta de que lo producido dentro el taller sea comercializado propiciando restablecer los lazos sociales perdidos, transmitir técnicas de oficio para su futura comercialización, con el fin de incorporarlos nuevamente a la sociedad.
Objetivos:
1- Crear un espacio donde se brinde capacitación y formación para gestionar proyectos propios y creativos que revaloricen el trabajo artesanal.
2- Planificar gastos, tiempo invertido, ganancias, como así también la presentación del producto terminado.
3- Acompañar en la etapa de comercialización.
Fundamentación:
En toda producción cultural, en todo acto creador debemos tener en cuenta un texto, esa producción y el acto mismo de crearla; y a la vez un contexto dado por las condiciones materiales, socio históricas, económicas, políticas e ideológicas en las que surge esta obra.
Un objeto artístico emerge siempre de un contexto determinado y determinante y se constituye como un intento de respuesta coherente y significativa a las necesidades que están presentes en ese tiempo histórico. Cada producto constituye en sí mismo una afirmación y una referencia a lo real, una producción de sentido que funciona como un todo invisible.
La obra cultural es una respuesta de un grupo social a sus condiciones concretas de existencia, de los miembros de una organización social a los interrogantes de una época. La producción artesanal permite socializar las experiencias individuales construyendo un capital cultural genuino.
Desde ese lugar el arte abre las puertas para que tomando las experiencias humanas construyamos proyectos de Acción que conduzcan a una interacción social.
Teniendo en cuenta que todo objeto tiene que circular, voy a hacer una diferenciación en el modo de circulación y legitimación del objeto artístico y el objeto artesanal.
- el objeto artesanal es legitimizado por las ventas y su circulación es comercial: comercios, ferias, etc.
- el objeto artístico es legitimizado por los críticos de arte y su circulación es en museos, galerías de arte, etc.
La idea sería brindar una asistencia situándose como productora de arte, dándole crédito a las personas mediante el reconocimiento de sus capacidades y la creación de condiciones necesarias para que ésta capacidad se pueda implementar, utilizar y transformar en algo coherente y real.
Las condiciones propuestas por el dispositivo implican un lugar determinado, una hora acordada y materiales necesarios para la producción. Esto hablaría del marco general del taller posibilitando una instancia de producción singular de cada sujeto que asista.
El proyecto no consiste en trabajar sino en emprender. Etimológicamente emprender significa: empezar una obra o empresa especialmente cuando es de cierta importancia. Tomar un camino con resolución de llegar a un punto.
Es para restituir la confianza y el respeto de sí, la integridad y la complejidad de las personas; porque la libertad, la autonomía y la responsabilidad crecen con el uso.
Si se trata de trabajo lo importante no es la disciplina, la fatiga, el sacrificio, la privación, sino la invención, el riesgo, el placer de hacer, el valor agregado que se produce para sí y para otros.
Una asistencia que emprende tiene mucho que utilizar del mercado. Se sabe que el mercado excluye a ciertos sujetos, pero el mercado no es solo eso y sigue siendo un instrumento (muy imperfecto) de democracia y civilización. El mercado crea sujetos porque alimenta intercambios, encuentros, experiencias.
La propuesta es crear intercambios económicos y sociales posibilitando el emprendimiento de actividades artísticas.
Durante el 2007, la propuesta del taller es de un funcionamiento dos veces por semana, en el área cultural, con una coordinación doble: una tallerista que porta un saber específico sobre las técnicas artesanales y un psicoanalista que acompaña al marco de la actividad.
El taller se desarrolla en el salón de usos múltiples, donde se disponen varias mesas diferenciadas por la actividad y los materiales que ésta requiera, disponiéndose materiales de uso común en una repisa o en el depósito. Cuando un participante llega por primera vez al taller, se le presentan objetos terminados y/o materiales, según sus intereses, para que cada sujeto elija con qué quiere trabajar.
Se trata de sostener la diversidad con respecto a la elección del material con el cual se va a llevar a cabo cada producción individual.
Desde las primeras reuniones, los materiales generan curiosidad; los investigan, los conocen y se familiarizan con ellos para, después, poder escoger, según su singularidad, lo que más le cause placer hacer. Esto lleva un tiempo de construcción de diferentes objetos hasta encontrar uno que sea significativo para el sujeto, para después poder despegarlo y comercializarlo.
Se pueden desglosar cuatro pasos:
1) Investigación de los materiales
2) Construcción de objetos varios
3) Apropiación de un objeto estético
4) Despegue y comercialización.
En muchas ocasiones, paralelamente al momento de investigación de materiales y a la construcción de objetos varios, los participantes deciden obsequiar los productos o intercambiarlos, sin llegar a la venta. Estos pasos no son lineales y se trata de acompañar a cada uno en el recorrido que pueda hacer.
Teniendo en cuenta que el taller apunta a la inserción en la comunidad, también se realizan invitaciones a artesanos que transmiten su saber en el marco del taller. Por otra parte, desde hace un año se realizan salidas regulares a espacios de venta de productos artesanales en la ciudad. Finalmente, los productos de los talleres son llevados, por los propios productores, a negocios diversos para su venta, a fin de generar un vínculo real con la comercialización.
Presentación del Taller de Musicoterapia
El área de Musicoterapia del Dispositivo de Asistencia Clínica en Talleres, comprende espacios colectivos y singulares. La oferta del año 2007 consiste en:
Un Taller semanal de musicoterapia que tiene lugar en el sector de internación (se realiza en el comedor), dirigido a la población que se encuentra internada y a quienes reciben en el CRSM asistencia diurna.
Otro Taller semanal que tiene lugar en el salón de usos múltiples del centro cultural, que se oferta a quienes están internados y cuentan con permisos de salidas (que se trabajan con los terapeutas) y a quienes han encontrado en el dispositivo un espacio de producción y eligen sostenerlo luego de su externación. Dentro del marco de este taller se programan y realizan invitaciones a agentes de la cultura (docentes, bailarines, músicos) tomando los intereses de los participantes y tratando de posibilitar la ampliación de la producción.
Además se arman espacios singulares, también teniendo en cuenta los intereses de los participantes. Estos espacios no tienen la forma predefinida de sesión individual de musicoterapia, sino que toman la forma de las propuestas de producción de los participantes. Uno de estos, por ejemplo, tomo la forma de un día de ensayo para los cantantes, donde cada uno de los interesados tiene su bloque horario para preparar una presentación para la fiesta de fin de año. (Se utilizan técnicas de vocalización, se elige el vestuario, se trabaja sobre la expresividad de cada tema, etc.).
Otro de estos espacios es el que sostienen Telma y Louise y pensamos tomar esta experiencia para contar…
Telma y Louise
Compañeras de internación, ambas llevan mas de 20 años en el CRSM.
Telma transcurre sus jornadas en la calle, pidiendo, siempre en la misma esquina o en el pabellón, tomando mate con sus compañeras.
Louise no sale del pabellón casi nunca, ni para acudir al comedor. Su estado físico no es saludable, hace algunos años se le ha diagnosticado diabetes, a ello se le suma el sobrepeso, glaucoma y hábitos sedentarios.
Una y otra vez las hemos invitado, en el intento de armado de algún espacio que las aloje y permita el trabajo de sus padecimientos. Estos intentos han tenido poco asidero.
En mayo de 2007 la invitación se realizó a Louise y tomó la forma, tal como ella lo definió, de “reunirnos a escuchar música”, más precisamente Joaquín Sabina. Esto es efecto del trabajo de la invitación, que nos llevó a una indagación en sus gustos y a un estar alerta a lo que podía ser convocante para ella. De allí que se consideró la posibilidad de un espacio singular en el marco de la producción de Musicoterapia.
La apuesta: tirar de los hilos de su interés. El hilo se tensó, Louise acepta…siempre anteponiendo el estribillo: “…si no me muero hoy, el jueves voy…”.
El primer jueves de la cita convenida, se entusiasma…parece estar esperándonos.
Telma, quien suele compartir el mate con Louise, está con ella y es invitada también. La invitación esta vez (para nuestra sorpresa) tiene asidero.
Telma no participa de otros talleres, pero desde el año 2004 se viene realizando un trabajo de restitución respecto de sus lazos familiares. Durante los 20 años que lleva la internación estos han sido escasos y dificultosos. Consideramos que este trabajo ha facilitado, al modo de antecedente, el armado de este espacio. Así como con Louise el lazo creado con las coordinadoras durante las sucesivas invitaciones ha facilitado su inclusión.
Ese primer jueves compartimos un recital (formato dvd) de Sabina.
Sus semblantes cambian ante la imagen del cantante, quien recibe piropos y propuestas. Durante el recital, surgen relatos de algunas de sus historias amorosas. Nos cuentan anécdotas de su de juventud.
Se arma otro espacio que alterna con la escena hospitalaria. Con claridad hablan de volver allá refiriéndose a la zona de los pabellones, luego que descansaron un rato.
Cada jueves el entusiasmo está presente y no hay rodeos, ni necesidad de insistencias para que acudan a la cita cada vez que se las invita.
Los gustos musicales compartidos por ellas funcionan armando la escena cada vez. Realizan una lista, para los próximos encuentros ubicando lo que quieren escuchar: Charles Aznavour, Palito Ortega, Elvis Presley, Los del Suquía.
Algo de la alteridad, lo que no funciona en la psicosis, es puesto en juego en este dispositivo. Una escena y otra, la hospitalaria y la vinculada a la música en relación a sus historias amorosas. La duplicación de lugares ha funcionado para que un intercambio se produzca y se construye así algo del lazo que anuda. Lazo, con nosotras, testigos depositarias de sus historias, lazo entre ellas, quienes comparten historia de hospitalización pero también historias románticas y traviesas de las que gustan dar testimonio. Estos son momentos en los que lo loco queda a raya. Louise al terminar el encuentro dice más de una vez refiriéndose al hospital “bueno… ahora volvemos al purgatorio…” Se evidencia que ha estado en otro lugar.
Cuando ellas arman sus relatos, sus padecimientos quedan acotados y lo simbólico parece ordenar. Aparecen en sus relatos los racontos del padecimiento, de lo invadido, lo loco pero pudiendo poner una distancia, con las historias de amor y juventud. Esa distancia aparece cuando pueden contar sus experiencias con el electroshock, ubican que estaban mal, hacen chistes con haber estado locas…ubican los episodios que desencadenaron sus crisis e historizan respecto de ellas.
¿Qué elementos de la conformación del dispositivo ofrecido han posibilitado este tratamiento del padecer?
¿Cómo puede esto conformarse en una herramienta de ellas? ¿Cómo propiciar que haya otros espacios, que ofrezca la cultura, que produzcan efectos vitales? Esto nos enseña acerca de una función posible como trabajadoras. Nos ubica respecto a los recursos con los que contamos, a partir de escuchar un interés. Ofrecer un espacio: sala íntima, un tiempo regular: un encuentro por semana, que se diferencia de los tiempos hospitalarios, el material musical de su gusto.
Cada vez se renueva el compromiso de un nuevo encuentro, arma una irrupción en el tiempo institucionalizado, que les permite otro modo de habitarlo. Si bien los encuentros son regulares, se posibilita otro tiempo, el de su historia.
El sostenimiento sistemático de estos encuentros, se da al modo de la celebración. Hay cuestiones que se repiten, propiciando un alojamiento. Rituales propios de una celebración. Cada encuentro, una de nosotras va a buscarlas al pabellón, y las acompaña al recinto del centro cultural, para esto atravesamos el patio y la puerta que separa el hospital del centro cultural. Aunque es la hora de la siesta y la mayoría de las veces están durmiendo, generalmente se disponen a participar. En el trayecto aparecen varios curiosos que pretenden acompañarnos pero ellas se encargan de mantener en reserva la actividad que están por realizar. Al llegar, la musicoterapeuta recibe con el recinto armado, que consiste en crear las condiciones, al modo de los preparativos de la fiesta, para que los participantes de la misma se sirvan de ellos.
Rosa - Musicoterapia
Rosa llega a la institución acompañando a Abril, su hija. Abril es paciente desde hace varios años, tiene un diagnóstico de debilidad mental, ha alternado entre las internaciones y vivir con su madre en pensiones.
Durante el funcionamiento de los talleres, Rosa no era admitida en los mismos, que aparecían como un espacio sólo para Abril. Rosa se refiere a Abril a partir de su discapacidad, desde sus imposibilidades y de lo que tiene que hacer por ella; al constituirla como discapacitada, Rosa aparece como quien sí puede.
Rosa comienza a participar del taller junto con su hija enunciando que viene a acompañarla, como madre, sin incluirse como participante y señalando su exterioridad respecto del taller. Esto dificultaba el trabajo con su hija; se hacía casi imposible llegar a ella.
A raíz de su insistencia en quedarse, desde la coordinación del dispositivo, se cambia de estrategia y se decide invitarla y atender a su inclusión, trabajando con ella como una participante de los talleres (no sólo en Musicoterapia, sino también en artesanías, deportes, etc.).
En un comienzo, se vestían y peinaban las dos iguales, Rosa se aseguraba de que así fuera. Julia es internada a raíz de varias crisis en la pensión y en el taller de danza. En estas crisis se le jugaban cuestiones con su madre, sintiéndose amenazada. Coincidiendo con esta internación, se produce la admisión de Rosa en los talleres y empieza una etapa de separación entre ambas: Rosa cambia su color de pelo, se visten diferente, y se integra al taller como participante.
En un principio, ella imponía lo que quería en ese momento (qué canción se hacía, quién cantaba), esto se producía hacia Abril y hacia el resto, enojándose cuando no se respetaban sus imposiciones. Buscaba aliados en otros participantes y en la musicoterapeuta. Hablaba constantemente, sin poder escuchar las producciones de otros.
Aparece un segundo momento en el que participa sin traer a Abril. Sus recorridos en el taller comienzan a ser independientes, ya no busca a Abril, sólo algunas veces nos pide que la busquemos nosotras.
Se constituye un interés propio de Rosa. Comienza a ocupar el lugar de asistente de la musicoterapeuta, dándose funciones específicas tales como abrir y cerrar el taller, anunciar eventos. Utiliza el micrófono para poder marcar esta nueva posición.
Se constituye un tercer momento en el que Rosa se ubica como una participante más pero vuelve a necesitar a su hija para imponerle una producción.
En este recorrido, ha podido variar sus gustos, incluyendo lo nuevo; al principio sólo quería escuchar folklore, hoy acepta cualquier ritmo y hasta ha adquirido sendos cds que trae a cada encuentro y comparte con los demás participantes; coincidentemente, puede escuchar y seguir la producción de otro. Sin embargo, cada vez que está frente a su hija, persevera en lo automático, repetitivo y estereotipado (quiere que cante solamente las canciones que ella le enseñó). Pero lo interesante es que desde hace casi un año no trae a Abril.
Comienza a multiplicar a los otros que acompaña a que se incluyan. Se ubica como quien genera ciertos logros en otros (cuando baila con alguien que no accedía a hacerlo, lo marca como un logro a título personal).
El dispositivo le presta un encuadre, se ofrece como forma de regular sus fijezas e imposiciones. Ha podido en este encuadre generar una amplia producción.
Rosa se muestra como portadora de un saber. Se presenta como artista en sus pedidos y demandas, hace funcionar a quienes la rodean como asistentes. Esta posición, si bien la habilita en la producción, tiene de la fijeza, no escucha señalamientos acerca de la misma. Las coordinadoras aparecen para ella como servidoras y los participantes como público.
Ella cuenta con muchos recursos: rítmicos, melódicos, corporales pero existe una dificultad en relación a la memorización y enunciación de las letras de las canciones que elige. Esto genera preguntas en la coordinación del Taller respecto de cómo intervenir en relación a sus producciones, ya que Rosa manifiesta su interés de mostrarlas en distintos espacios.
¿Desde qué lugar pedirle que aprenda las letras de las canciones?
Es tomando su interés y la exposición que ella propone, que la coordinación se plantea acercarle las herramientas necesarias para la optimización de su performance.
Pensando en el producto creemos que es importante que no se exponga al ridículo, que pueda su producto tener mínimas condiciones que hacen a una presentación.
Pensando en el proceso consideramos importante trabajar sobre la fijeza de su posición, ya que ésta dificulta los lazos con otros.
Rosa - Emprendimientos Artesanales
Cuando Rosa llega al taller de Emprendimientos Artesanales en 2004, teniendo en cuenta su recorrido en los otros talleres, se sostiene la separación con su hija a través de propuestas de trabajo y espacios diferenciados para cada una. Se las ubica en mesas distintas y se les hace ofertas diferentes: pintura para Abril y bijou para Rosa.
Actualmente, Rosa se ubica como participante del taller aunque su hija hace más de un año que no concurre.
Desde la coordinación se le ofrece una cantidad estándar de materiales apuntando a la autonomización del proceso de producción y venta, a fin de a acotar su demanda excesiva de materiales. Rosa tiene una posición de demanda imperativa y constante hacia otros, todos tienen que darle, siente que los otros están obligados a proveerle las cuestiones básicas de la vida (comida, ropa, materiales, hospedaje, etc.).
Rosa elige, entre las ofertas del taller, el armado de bijouterie. Hace pulseras y collares que decide vender por cuenta propia. Se sirve del taller para la construcción de una producción que puede ubicar en los recorridos que ya tiene armados: comedores comunitarios, parroquias, espacios de beneficencia (Caritas, por ej.).
En estos recorridos de venta, alguien le encarga una flor que arma con alambre forrado. Parte de los materiales son provistos por el taller y parte se los compra
Así, hace una serie de flores de papel crêpe con alambre forrado, toma la sugerencia de la coordinación de comenzar a trabajar en tela para realizarlas. Le agrega a las flores cartelitos alegóricos al amor. También incluye esta producción en su recorrido de venta. Vuelve a suceder que, ante un encargo específico de prendedores identificatorios, cambia su producción; continuando con las flores pero va diseñando ella el modelo, a partir de intervenciones desde la coordinación.
Llega un día al taller pidiendo hacer hebillas, transformando los prendedores de tela en hebillas, en una decisión más autónoma. Es decir, pasa de trabajar por encargo a producir una serie de objetos elegidos por ella. Para esto, se sirve de algunos materiales del taller (telas) y compra otros tales como hebillas y brillos.
Retroactivamente, se leen dos cambios importantes:
-de trabajar para el Otro a trabajar para sí
-de pedirle todo al Otro a tener algo propio.
Todo este proceso, que coincide con el último tiempo de su tránsito por el taller de Musicoterapia, duró alrededor de un año y medio, lapso en el que su hija Abril no fue internada en ninguna oportunidad (siendo que se trataba de una paciente con varias internaciones breves anuales). Cada una va teniendo su espacio, diferenciado del de la otra.
Desde hace varios meses, Rosa sostiene el mismo tipo de producción: las flores. En esta producción en serie de hebillas aparecen, por primera vez, algo de los atributos femeninos y de lo propio – no está hecho por encargo, ella se encarga de que ese objeto sea deseado/comprado por otros. Sin embargo, en el recorrido se suceden encuentros que podrían operar como desvíos en su orientación (le han pedido costureros), por lo cual estamos alertas en acompañarla a sostener lo que fue constituyendo como propio. Nuestra orientación es que Rosa no anule el estatuto de hallazgo que tiene el haber encontrado lo que le gusta.
Josefa
Es una paciente de muchos años de internación, en la jerga hospitalaria se la denomina “de larga institucionalización”. Al principio, Josefa iba acompañada con un coordinador, se perdía; tiene exceso de peso, camina lento y su motricidad es compleja. Casi siempre está sonriendo. Se suele quejar de su soledad, pregunta: “cuándo va a venir mi hermano”, le hacemos chiste y olvida enseguida su queja.
A Josefa le gustan los colores, tiene un discurso infantil. Cuando comienza a concurrir a los talleres, sólo quería dibujar: dibujos infantiles, lineales, siempre los mismos motivos: casas, a veces les ponía globos, flores, baldes, soles. Terminaba rápidamente y decía: “ya está”.
Teniendo en cuenta esas producciones, se le ofrece hacer imanes para heladera, teníamos que pensar en algo simple y rápido ya que así eran sus dibujos. Se cortaron maderas (fibrofácil), las prepara con látex para impermeabilizarlas, hay que acercarle los materiales y, cuando se trata de colores, ponérselos sobre la mesa para que elija. Sabiendo de su iconografía preferida (casas, globos, flores, etc.) se le da a elegir con cuál quiere trabajar. Realiza series de diez o doce motivos distintos. Estas imágenes eran simples de ejecutar: la porcelana fría se colorea con acrílico y se hacen pelotitas, lo cual le causa mucho placer hacer, sus gestos cambian, se la ve bien jugando con pedacitos de colores; el siguiente paso es aplastar las pelotitas en la madera, le parece divertido.
Confeccionó muchos imanes que fueron vendidos en lugares a los que nosotros los llevamos. Josefa no ha podido, hasta ahora, realizar el paso de la comercialización por su cuenta. Desde la coordinación, nos ofrecemos a suplementar este lazo que a ella se le dificulta.
Una vez al mes, organizamos salidas programadas a locales comerciales para que los participantes puedan ver las ofertas del mercado y decidan copiar un modelo. Teniendo en cuenta lo importante que en la psicosis no hay una referencia estructural, el modelo aparece como una referencia posible para la construcción de un objeto.
A Josefa la invitamos a estas visitas pero se cansa, no retiene demasiado la información visual. Sin embargo, estos paseos, como se los llama, toman una significación importante para ella en tanto le permiten recorrer la ciudad, conocer otros espacios…
Además, en uno de esos paseos, otra participante decide copiar un ta-te-ti, Josefa dice que quiere jugar al ta-te-ti pero que no sabe. Nos pareció que era tiempo de acompañarla a cambiar la producción (cada sujeto tiene procesos singulares de elaboración de su hacer). La técnica era parecida pero en este objeto estaba más implicada la pintura pincel. Se prepara una madera, se la pinta de un color, se la encinta para marcar las líneas que dividen los cuadrados y se la vuelve a pintar. Sus pinceladas son cortas y parejas. Luego, decora con plasticolas con givré, le gustan los brillos tanto como los colores. Este material le permite dibujar a la vez que pinta. Las piezas son maderitas de palo de escoba cortadas en feta que tienen el mismo acabado técnico. Hizo varios juegos de ta-te-ti (los cuales fueron vendidos).
Actualmente, está haciendo una muñeca sofá, vio una pepona que está haciendo otra participante y quiso hacer una. Esta vez es ella quien elige cambiar. Ya viene y vuelve sola, pregunta por el taller. Se vendieron varios de sus objetos y compró cigarrillos y caramelos, que comió mientras le hacía la sonrisa a su muñeca. No sabemos si aprendió a jugar al ta-te-ti pero sí sabemos que juega cuando produce, hasta podríamos decir que es feliz. Ha constituido al taller como un espacio de alojamiento, lugar en el cual durante un par de horas se aleja del padecimiento psíquico insoportable de ser una paciente de larga institucionalización.
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